Ahora que todo nos sobra porque nada nos basta,
tumbémonos sobre la arena a esperar nada,
a cerrar los ojos y sentir las olas,
la respiración, lo que la piel esconde,
los besos lentos del viento,
los guiños de las nubes que nos traen versos,
los silencios que nos damos piel con piel.
Esperando nada.
Con las prisas y la ansiedad del camaleón,
sólo sentir, respirar, sobre la arena,
echando raíces en nuestras pupilas silentes
con la revancha de la calma, piel con piel.
Esperando nada.
Dando la espalda a los mares de dudas,
con el desprecio de no hacer aprecio a los rescoldos del miedo.
Ahora que todo nos sobra porque nada nos basta,
sólo sentir, respirar.
Esperando nada.
martes, 30 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008
DEMANDAS
Soy una muralla erguida ante el caballo de Troya de la hipocresía.
Soy un francotirador apostado en mi calle,
esperando el ataque de los clavos del destino.
Soy un trampero en la jungla de la rutina en busca de mi presa,
un verso que me de aire.
Un verso que me de aire,
una mirada que me luz,
una caricia que me de quietud,
una mano que me rescate.
Cada carencia es un verso,
cada verso una demanda desesperada.
Soy un francotirador apostado en mi calle,
esperando el ataque de los clavos del destino.
Soy un trampero en la jungla de la rutina en busca de mi presa,
un verso que me de aire.
Un verso que me de aire,
una mirada que me luz,
una caricia que me de quietud,
una mano que me rescate.
Cada carencia es un verso,
cada verso una demanda desesperada.
martes, 16 de diciembre de 2008
FUERA DE SITIO (2ª parte)
Soy de los advenedizos que surgen
tras la patada a la piedra
despreciado por los poetas
que se recrean en la formalidad
sin sudar un puto sentimiento,
sin purgar un maldito error.
¿Quién os ha pedido posada?
Soy Ícaro y lo se,
se pueden quemar mis alas y lo se.
Prefiero volar un solo segundo
a levitar en la engreída estupidez
de vuestra casta arrogante
infectada de autocomplacencia.
Un paria, desde la piedra.
tras la patada a la piedra
despreciado por los poetas
que se recrean en la formalidad
sin sudar un puto sentimiento,
sin purgar un maldito error.
¿Quién os ha pedido posada?
Soy Ícaro y lo se,
se pueden quemar mis alas y lo se.
Prefiero volar un solo segundo
a levitar en la engreída estupidez
de vuestra casta arrogante
infectada de autocomplacencia.
Un paria, desde la piedra.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
TUS SILENCIOS
Reposan a los pies de mi cama millones de cristales rotos,
sueños que no llegaron a nacer.
Sólo hay charcos en las aceras de mi calle,
océanos en los que no hago pie.
Bajo mi cama hay una maraña derrotada,
son los hilos que corté al rebelarme en mi papel de marioneta.
Mi piel está llena de cicatrices
que sólo la miel de unos ojos pudieron sanar.
Un ruido de fondo…
Es la metralla de cada poema que martillea mi cabeza sin parar.
Un ruido de fondo que me ayuda a dormir
como la nana del ladrar de los perros
que me aferra al lecho que elegí.
Y duermo para soñar con tus silencios de campo en enero
que tanto me dicen.
sueños que no llegaron a nacer.
Sólo hay charcos en las aceras de mi calle,
océanos en los que no hago pie.
Bajo mi cama hay una maraña derrotada,
son los hilos que corté al rebelarme en mi papel de marioneta.
Mi piel está llena de cicatrices
que sólo la miel de unos ojos pudieron sanar.
Un ruido de fondo…
Es la metralla de cada poema que martillea mi cabeza sin parar.
Un ruido de fondo que me ayuda a dormir
como la nana del ladrar de los perros
que me aferra al lecho que elegí.
Y duermo para soñar con tus silencios de campo en enero
que tanto me dicen.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
LA MEMORIA
La memoria no se decide.
Los recuerdos son huellas que se imprimen
en nuestro lecho más delicado.
Ecos que vuelven,
soldados caídos en el campo de batalla
que regresan del más allá inesperadamente,
satélites que orbitan infatigables,
peregrinos dejados atrás, en el camino.
Nos alcanzan.
Forman parte de nosotros. Somos por ellos.
Como las nubes por el agua.
Y a veces duelen y a veces ríen.
A veces empujan y a veces lastran.
Regresan como el agua a las nubes.
Los recuerdos son huellas que se imprimen
en nuestro lecho más delicado.
Ecos que vuelven,
soldados caídos en el campo de batalla
que regresan del más allá inesperadamente,
satélites que orbitan infatigables,
peregrinos dejados atrás, en el camino.
Nos alcanzan.
Forman parte de nosotros. Somos por ellos.
Como las nubes por el agua.
Y a veces duelen y a veces ríen.
A veces empujan y a veces lastran.
Regresan como el agua a las nubes.
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