un caminar solitario.
Me hiciste creer que
querías compartir mi caminar,
pero al tiempo resultó ser
que conmigo sólo querías jugar.
Soñaré lo que nunca tuve,
lloraré lo que ella me insinuó y no me dio,
le escribiré en el libro de mis fracasos.
Eliminado.
No se debe jugar así
con los sentimientos de la gente.
No se debe frivolizar con los besos del corazón.
Hay corazones que no soportan
que les hagan usar y tirar.
Es egoísta marcharse así,
cuando ya no tienes necesidad de recibir,
sin importarte lo que dejas tras de ti.
No se puede encender un fuego
e irte sin mirar atrás,
con indiferencia de si se quema
el hogar donde buscaste refugio.
No se puede usar a las personas
como a salvavidas
a los que abandonas en el agua
tras alcanzar la salvadora orilla.
No todos los corazones son iguales.
El tuyo puede ser frío como el acero
pero el mío bombea sueños,
y en ellos el amor no se representa
como en los tuyos,
en forma de pesadilla.
Pensándolo mejor
no te escribiré
en el libro de mis fracasos.
El fracaso es tuyo.
Yo sentí de verdad,
yo soñé y fui feliz.
Mis besos fueron sinceros
Y mis ojos no mintieron.
Hablaré de ti en el libro
de los sueños posibles,
porque se que soy capaz
de recibir y devolver.
¿Qué frío egoísmo puede llevar
a usar y tirar el corazón ajeno?
Sin mirar atrás,
sin remordimientos.
¡Qué frío!
¿No lo sientes?