Despierta el sol cegando ojos irritados
en los bares donde sirven olvido,
dosis de pausas vitales con hielo,
espejismos en vaso largo,
corchetes en el diario.
Amores de oferta en la barra
de esos que dejan frío a su paso
y no marcan silueta en tu colchón.
Un amanecer más de un domingo más de una derrota más.
Y me encuentro sin saber qué puedo hacer
como un caracol sin sol o una caracola sin olas,
inútil como un pájaro sin voz,
como un reloj sin agujas.
Vacío como la mañana en que te fuiste,
como las razones que me diste.
No se si volver es rendirse,
si soñar caminar en círculos, hacer el gilipollas.
Si sentarse es resignarse,
si asumir es negarse,
si parar es renunciar,
si por mirar tanto hacia atrás
me convertiré en estatua de sal.
Se lo pregunto a veces al cristal.
La luna se siente sola
y pienso que cambia de forma
para llamar nuestra atención.
A veces le sorprende el día sin retirarse.
Hazme una oferta que no pueda rechazar.
¿Quién me entrega un corazón para hacerme una luna?
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3 comentarios:
Hola Inzoa.
Es un poema triste y con rabia`pero es de los más bellos que has escrito. ¿ Por qué a los poetras les pasa eso?. Que tienen que morirse para crear. Un abrazo y seguro que habrá muchos corazones dispuestos a ser lunas.
Cuando menos lo esperes surjirá. milagros
Muchas gracias, Milagros.
Pues mira que esto lleva escrito mucho tiempo y estaba ahí, guardado, porque no terminaba de gustarme del todo y al final lo he publicado, yo creo que de aburrimiento de verlo en la carpeta cada semana y no corregirlo ni publicarlo.
Me alegro de que te haya gustado. Tú siempre ahí, echando una mano.
Gracias
Tristemente bonito, bueno que haya visto la luz.
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