lunes, 30 de noviembre de 2009

ECHARTE DE MENOS

He dejado algunos pecados atrás,
unos por veniales y otros absueltos
por el sacerdote del tiempo.
He arrancado de mi pecho flores obstinadas
que agonizaban y malvendían simientes
a vendavales intemporales,
y, lo más importante,
he limpiado la marea negra que enviaste a mi playa.

Fue bonito intentarte
a pesar de que pagaste con mentiras
todas mis verdades.
Quería sentarme a tu lado
a contar las dudas multiformes de la luna.
No me quedó nada en las entrañas,
todo lo vendí por ahí,
a un dios, al otro, al diablo…
todo por quererte conseguir.
Si no te fías de tu espejo,
¿quién va a ser tu reflejo?

Llévate tus marejadas
y tus flores deshojadas.
No voy a echarte de menos

lunes, 23 de noviembre de 2009

AGUA

Agua.
El amor.
El amor es como el agua.
Nunca se sabe cuando se va a secar
ni dónde y cuando
va a precipitar
y te va a empapar.
Se abre paso, siempre.
No se puede evitar
que encuentre un resquicio
por el que fluir.


Nos puede refrescar
o nos puede arrollar.
Nos puede dar la vida
o nos puede ahogar.
Nos puede calentar
o nos puede helar.
Difícil de gestionar.

El agua,
el amor,
No se debe forzar
ni se debe frenar

lunes, 16 de noviembre de 2009

QUERER A MORIR

A pesar de que la cordura aprieta,
el pasado reprime
y el buen juicio cohíbe las alas,
quiero querer a morir sin morir de querer.
Quiero arriesgar mi serenidad,
quiero jugar al rojo,
quiero buscar el amor,
quiero volar.

La razón es miedo
y el miedo la fuerza de la gravedad
que me impide volar,
que me ancla a la soledad.

A pesar de que la cordura aprieta
quiero querer a morir sin morir de querer
¿Es tan extraño este impulso temerario?
No hay que ser un héroe para querer querer,
hay que ser tu propio enemigo
para no osar romper la gravedad,
la fuerza centrípeta de la memoria cainita.

A pesar de que la cordura aprieta
quiero querer a morir sin morir de querer.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿CON QUÉ SUEÑAS AHORA?

Hoy te vi cruzar el parque,
no te abandona tu aire despistado,
¿con qué sueñas ahora?

No queda nada de aquellos paisajes
que dejábamos de sobra,
tan sólo alguna de aquellas olas
que encerramos en papel
y que no tributaron su espuma.

Yo conservo aquel cuaderno
que intercambiábamos en el autobús,
cuando no creíamos en flores mudas.
Sabes que te juré
que nunca olvidaría aquel poema de octubre
que se nos fue de las manos.
¿Con qué sueñas ahora?

Yo sigo descalzo sobre el alambre,
caminando en círculos.
Sí, lo se,
ya me dijiste que eso es imposible,
pero es que ni siquiera recuerdo con claridad
de dónde vengo pero se que huyo.
¿Necesito saber más?

Se ha cumplido todo aquello que auguraste:
que la luna siempre avisa de los cambios
y el sol, a veces, desinfecta la tristeza,
que escuchamos canciones de amor
que parece nos han robado,
que en el fondo de un vaso no hay brújulas
y, sobre todo,
que los relojes ya no desangran impaciencia.
¿Quién nos iba a decir que llegaría tan pronto?
¿Con qué sueñas ahora?

Arranqué una hoja de aquel cuaderno
y la pegué en la pared de mi habitación.
Aquella en la que me escribiste una mentira
que me hiciste jurar,
al verme dudar, que creería:
que no somos perdedores, que somos ilusos.
Los perdedores buscan el empate,
los ilusos creemos en la victoria.
¿Con qué sueñas ahora?

lunes, 2 de noviembre de 2009

LUCES DEL PUERTO

Luces del puerto,
¿cuántos amores habéis despedido
y cuántos sueños recibido?
¿Cuántas lágrimas calláis
y cuántas espaldas alumbráis?

Luces del puerto
que salváis la vida de aves perdidas
y de almas heridas.
Luces del puerto,
princesas cautivas que dais salvación
en la niebla que ahoga gargantas
con sus húmedas garras de desesperanza,
¡tantas cosas podríais contar!

Luces del puerto que nos vieron reencontrarnos.
Luces del puerto fueron unos ojos.
Aquella luz…