lunes, 27 de octubre de 2008

AL RECOSTE DE TU ESPALDA

Burlé a los demonios que me perseguían obcecados
y evité al frío paralizante del inmutable invierno,
que asoló mi esperanza,

abrigándome al recoste de tu espalda.

En mi calabozo bautizado olvido,
donde arresto lamentos voraces,
dejé los tropiezos que lastraban mi escalada
y ahora las migas de pan que cada mañana arrojo al suelo
me devuelven cada atardecer al recoste de tu espalda.

Los sueños más limpios que cada noche tejí
y los versos vitales que mi piel reclamó
los encendí al recoste de tu espalda.

Olvidé las noches de intentar sanar hojas marchitas
entre los susurros de las esperanzas de reconducir aquel vagar
sin hallar esquejes que avanzasen una nueva primavera
descorchando botellas compulsivamente intentando hallar un mensaje.
Ahora lo escucho abrigado, encendido,

al recoste de tu espalda.

martes, 21 de octubre de 2008

NO CONOZCO EL VIENTO

No cierro puertas al mañana
ni regalo esperanzas a la ligera.
No soy trilero del sentimiento
que juega para ganancias inmediatas
ni arquitecto sobre cimientos embaucados,
de cumplidos con pies de barro.
Vivo el hoy con honestidad,
mañana ya llegará.
Lo que traiga lo analizaré.
Se lo que soy hoy, lo que tengo,
no conozco el viento que soplará mañana,
por eso no vendo billetes para viajes inciertos
a lunas que pueden causar dolor.
Se donde estoy hoy,
no en qué estación despertaré mañana,
cuando pise el andén analizaré
sin pretender engañar ni forzar al destino.
Ofrezco y doy lo que tengo hoy,
no prometo lo que no se si tendré mañana.
Precaución, honestidad, no se.

martes, 14 de octubre de 2008

LA BARRERA DEL SONIDO

La barrera del sonido, vaya nombre estúpido.
¿Cuándo el sonido es una barrera?
El teléfono frío que no palpita,
el buzón inerte que no alerta,
el silencio absurdo del orgullo,
el silencio triste que deja el miedo parido por el error.

La brutal barrera del sonido del silencio suena como un cañón.

El silencio de los años sin respuesta,
el del cuarto de hospital sin una mano que asir,
el silencio de los relojes parados de corazones derrotados,
la barrera del silencio en camas compartidas.
La barrera del sonido, ¡vaya estupidez!

El silencio no deseado, el angustiado,
ese sí es una barrera.
El silencio del teléfono, el del miedo,
el del orgullo, la ausencia y la carencia,
el del frío del abandono.

La barrera del silencio, a cañonazos o a besos,
esa es la que hay que romper.
El silencio del paisaje que deja la traición.
La barrera del silencio,
esa es la que no deja libres almas y corazones.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SE NOS PASA LA VIDA

Se nos pasa la vida caminando en círculos
agobiados por llegar a ningún lado,
encelados en conseguir lo que no nos llevaremos,
corriendo para no saber qué hacer después.

Se nos pasa la vida de piel para afuera,
eclipse de corazón por parte de la cabeza.
Todo lo que necesito me cabe en una mañana.
Hemos perdido el placer de viajar despacio,
todo a alta velocidad.

La condena de convencerse de que así son las cosas
y perseguir lo que nos han asegurado que necesitamos.
No dormir por la prisa de que amanezca
¿Alguien se ha parado a pensar?