Sientes pasos tras de ti,
te vuelves y a nadie ves,
pero sabes que está ahí
sin nada más que hacer
ni nada que perder.
Siempre está ahí,
cada día, cada noche,
en tu casa y en la calle,
quiere ajustar cuentas,
reclamar su parte.
El día más inesperado
tendrás que aceptar
que por siempre no se puede huir.
Sabes que el plazo se acaba
y, que antes o después,
lo tendrás que aceptar.
Te persigue y no lo puedes esquivar.
Te va a reclamar lo que le pertenece
y te empeñas en negar.
Quiere ajustar cuentas,
reclama su parte.
Detente y recapacita,
no lo puedes engañar,
antes o después lo tienes que afrontar
y tu deuda le tienes que pagar.
No te empeñes,
no lo puedes esquivar,
a tu corazón no lo puedes evitar,
viaja contigo.
Oyes sus voces
y no le quieres escuchar,
pero donde tú vayas él irá
y, quieras o no,
le tendrás que escuchar.
No se puede vivir
de espaldas a uno mismo.
No se puede huir
de lo que forma parte de ti.
Cerrar los ojos no es escapar.
No hay dónde huir.
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1 comentario:
Te he dejado en i blog algo para ti
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