martes, 23 de diciembre de 2008

DEMANDAS

Soy una muralla erguida ante el caballo de Troya de la hipocresía.
Soy un francotirador apostado en mi calle,
esperando el ataque de los clavos del destino.
Soy un trampero en la jungla de la rutina en busca de mi presa,
un verso que me de aire.

Un verso que me de aire,
una mirada que me luz,
una caricia que me de quietud,
una mano que me rescate.

Cada carencia es un verso,
cada verso una demanda desesperada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es de los mas bonitos. Me encanta. Yo también busco ese verso,
pero sobre todo quiero ser
un verso que de aire
una mirada que de luz
una caricia que de quietud
y una mano que rescate.
A lo mejor así lo encuentro.
¡¡Feliz Navidad!!. Un abrazo

Inzoa dijo...

Muchas gracias, Milagros.

Ya sabes, en la vida no viajamos, buscamos.

Otro abrazo, grande.

Jordi Santamaria dijo...

Hay un lenguaje ciego que se escapa a los ojos,
un lenguaje que va más deprisa que la realidad
y no podemos fijarlo,
mientras se hunde bajo un montón de imágenes cotidianas
hasta quedar en el suelo
con las cenizas caídas de los lenguajes gastados.
Esa grieta de la mirada,
ese abandono de la verdad.

Los ojos son mineros alados
que vuelan sobre el río de la mirada,
hasta posarse en imágenes
de las que extraer palabras,
esa materia prima de la verdad
sube al cerebro,
para hacerse inocua y comestible.

Los sentimientos son criaturas
que viven eternamente en una línea de salida
y si son olvidados
salen como un balón abre el agua si lo sumerges
y, tan rápidos
ya han tocado la verdad.

Asistamos a la coronación del sentimiento,
que la palabra abdique,
y reciba la herencia que le es propia,
el rotundo amor del sentimiento.

; ) (Fuerza Inzoa)