jueves, 22 de mayo de 2008

EL CUENTO AL REVÉS

Lo mío es el mundo del cuento al revés.
Fui el sapo que besó a la princesa
para librarla de su encantamiento,
el que le produjo una manzana envenenada.
El cuento al revés.

He regalado unas alas a Icaro
y le he enseñado a volar seguro
aplicando la experiencia y la prudencia.
Me ha respondido que teme a las alturas.
El cuento al revés.

He advertido a Caperucita
qué camino tomar en el bosque
para no encontrarse con el lobo.
Me he ofrecido a cargar con su cesta
y la dulce niña, de rojo vestida,
me ha mordido la mano.
El cuento al revés.

Con estos precedentes
me ofrecí a ayudar al escorpión
al río cruzar.
¿Qué me podía ocurrir?
Seguro estaba de no correr peligro.
Tenía claro que en este, mi cuento,
el veneno no envenenaba,
el aguijón no me pinchaba.
Sin llegar a la orilla fui picado.
¡Este no fue al revés!

No es mi mundo el que está al revés.
Es mi suerte la que me ha abandonado.
Me sentaré en el camino
esperando que alguien me aporte
el antídoto a mi mala suerte.
No se si aguantaré quieto
o si me llegaré a fiar.

A ver si cuando me ofrezcan la manzana
me vuelve el cuento a salir al revés
y no es la bruja malvada
sino la princesa esta vez.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:
Unas bonitas metáforas, para decir que no entendemos el mundo o que el mundo no nos entiende.

Inzoa dijo...

Y que no entendemos que no nos entienda y que no entiende que no lo entendamos. ¿Por qué, a veces, las cosas más sencillas se complican tanto? A reflexionar.
Muchas gracias, Daniel.

ESENCIA dijo...

La mala suerte también también se acaba...

Inzoa dijo...

Algún día, algún año, alguna vida.
Ojalá.