sábado, 3 de mayo de 2008

MUÑECOS DE PELUCHE

¿Cuántos muñecos de peluche
tenemos en nuestro cubo de la basura?

Nuestra calidad humana es
inversamente proporcional
a los amigos que hemos dejado atrás, olvidados,
después de que nos hayan ayudado en nuestro caminar,
en un atolladero, en un charco,
en un callejón que creíamos sin salida.

Todos hemos dejado atrás,
olvidados, a más de los que deberíamos,
resultando desagradecidos, egoístas.
Muñecos desechados
cuando ya no los necesitamos a nuestro lado
para conciliar el sueño.

Volvemos la vista atrás y los vemos.
¡Dios, no los recordábamos!
¡Estuvieron ahí, fueron tan importantes
en aquel momento!
No nos pidieron nada a cambio
ni se dedicaron a recordarnos
cuan importante fue
lo que por nosotros hicieron,
haciéndonos rehenes, deudores, del pasado,
y por ello mismo los hemos olvidado.

Clavos ardiendo convertidos en muñecos de peluche.

Somos desagradecidos por naturaleza, egoístas.
Todos tenemos muñecos de peluche
en nuestro cubo de la basura.

Todos nos sentimos, al mismo tiempo,
muñecos de peluche en el cubo de la basura de alguien.
Alguien a quien nos ofrecimos sin reservas,
a quien le dimos lo que somos, todo.
Y todo lo despachó al olvido.
Llamadas que se espacian en el tiempo,
recuerdos que se difuminan.


Cuando pasamos por momentos
en los que necesitamos un cable,
un salvavidas al que asirnos,
un ánimo, una sonrisa,
un “¿cómo estás?”, un abrazo,
nos acordamos de lo que dimos
y sentimos el olvido como pago.

Muñecos de peluche indispensables en un momento,
inservibles y molestos con el paso del tiempo.
Muñecos de peluche en el cubo de la basura.

¿Cuántos tienes en el tuyo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado esta comparación. Y yo siendo sincera sí tengo algunos peluches en el cubo de la basura, pero son peluches que han caminado ellos solitos hacia allí, a los que he sacado una y otra vez, y han vuelto nuevamente a alejarse y a meterse allí, así que al final me cansé y allí los dejé. Es una pena, la verdad, y a la vez también me siento como un peluche desechado por algunos. Pero a veces que por más empeño que ponga uno las circunstancias de la vida no dejan muchas más salidas. ¡Pero por suerte aún me quedan algunos viejos peluches a los que no dejo de mimar!, y siempre estoy dispuesta a que aparezcan otros nuevos en mi vida, jeje.

Inzoa dijo...

Buena disposición, sí señor.
Un saludo y gracias

katzeorange dijo...

Tengo muchos, muchísimos peluches en mi cubo y a mi vez, estoy en muchos cubos. A veces no es cuestión de elección sino del camino que te hace recorrer la vida. Ésta es como un río y debes dejarte llevar por él, eso significa que a veces algún peluche opta por descansar en la otra orilla y.... tú sigues. A veces el río te modifica y cambia a los demás de manera distinta. También en esas ocasiones hay que saber dejar marchar a esos peluches que tocaron tu corazón, pero ya no lo harán más. Solamente en tu recuerdo...

Inzoa dijo...

Hola Katze:
La reflexión no trata sobre los peluches que OPTAN por quedarse, sino por los que dejamos atrás, en el desagradecido olvido.
Un saludo y gracias por dejar tu comentario.

ESENCIA dijo...

Más bien me siento una muñeca de peluche dentro de una maleta......aun así cierto es que alguno debo tener en la basura.