lunes, 28 de abril de 2008

JUEZ Y PARTE


Tengo mala suerte
y es que soy juez y parte.
Creo que sólo tengo una virtud,
espero ser el único que así piensa,
y es el propósito sincero
de ir más derecho que una vela.

Bajo la ley de mis principios y valores,
que no será la mejor ley
pero al menos tengo una,
que hoy en día, en esta vida,
no se si es lo corriente,
me examino cada día
y me condeno bastantes.

Analizo severamente mis pasos
y no me perdono ni una.
No pretendo caer bien,
lo primero es no traicionarme
porque cada noche
conmigo me tengo que acostar
y si algo me reconcome,
el sueño me impide conciliar.

Así que no me queda otra
que vigilar celosamente
que no incumpla mi ley,
la de mis principios y valores.
Lo cual es un incordio
pero cada uno es como es
y algunos somos tontos.

Así que cuando cometo un error,
más de los que quisiera,
yo mismo me detengo
y me siento en el banquillo.
Yo mismo soy mi juez y mi reo
y si me declaro culpable
me impongo penitencia.
Aunque por suerte he de decir
que no me cuesta nada pedir perdón.

Tener principios hoy en día,
cuando prima el relativismo
el egoísmo y la frivolidad,
resulta una desventaja
en esta lamentable sociedad.
Pero algunos hemos nacido así
como otros han nacido zurdos
y no nos queda otra a ambos
que apañárnosla como sea.

Ejercer de fiscal y acusado
no es para nada masoquista,
es una lucha diaria
por ser mejor y más honrado,
por vivir con honor.
Esa cosa pasada de moda
que nadie te puede dar
y nadie te puede quitar.
Es algo que te regalas a ti mismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también tengo una acusada escala de valores y principios. No me permito ni una. Y eso es un gran problema. No hay juez más severo para conmigo que yo misma. Son muchos los que me lo reconocen. Le doy importancia a cosas que no la tienen. Le doy demasiadas vueltas a la cabeza para todo. Y basta un pequeño fallo para desequilibrar mi mundo y no permitirme conciliar el sueño. Y el problema a menudo no consiste simplemente en pedir perdón, sino en no llegar hasta la meta que uno mismo se ha marcado, en ser demasiado exigente con uno mismo. Y además, aún pidiendo perdón, a menudo la gente no responde como uno espera y se frustra. En fin, tema complicado.

Inzoa dijo...

Pues sí, Miss. El problema es que la partida de la vida la jugamos en desventaja con la mayoría de participantes, pero qué le vamos a hacer!!

Anónimo dijo...

Si obro en contra de lo que yo considero correcto, mis actos chocan con mis valores afirmados, entonces obro en contra de mi criterio, me traiciono a Mí mismo.

Yo debo esforzarme porque mi vida sea un un reflejo de mi visión interior, que en los tiempos de corren, es un puro acto de heroísmo el ser una persona con integridad personal

Inzoa dijo...

Lo lamentable, amigo Daniel, es que hoy regirse por principios sea un acto de heroísmo y que quien así se comporta represente una excepción a la norma. En fin, qué mundo!